He despertado muy mal,
tengo un dolor que está más allá de los físicos que siempre me perturban.
estoy cansado, cansado del primero al último de los huesos,
con el vientre hinchado de angustia.
Las penas de los días tienden a acumularse
y no hay nada que pueda uno hacer cuando finalmente se desatan.
Creo en tu amor y hasta en la vida,
hemos aprendido que ella nos ofrece nuevos días y aún, nuevas horas.
No pueo evitar sentir el peso de esta mañana que ha causado estragos en mi anatomía espiritual.
No puedo dejar abandonada la pena que se ha prendido en mi más fuertemente.
Algo cae desde lo profundo y pronuncia tu nombre,
algo se desata desde el vientre y temo tu partida...
José López
viernes, 5 de noviembre de 2010
jueves, 17 de septiembre de 2009
¡Quiénes somos?
Quiénes somos tu y yo, quiénes somos,
Han dicho que hombre y mujer somos.
Es tan simple ?
¿Pero qué es un hombre y una mujer?
Cuenta el mito del único ser separado,
Cuenta el rito que del maíz, que del arado,
Pero no me dice nada aún!
Te veo de la simiente en infinito repetida,
A la tierra devuelto en huesos, en polvo,
En alegres fiestas y angustiados sermones.
Te veo en la inconsciencia de tus actos,
En la esfera que repite tu vida,
en un agudo irse permanente.No aceptas la hermandad del animal,
Es el esfuerzo sórdido del incapaz,¿Eres más que una gota en invierno?
Vuelvo atrás para saber tu nombre,
Y el mismo rostro me recibe: hombre.
En qué parte del camino nos perdimos,
En qué abismo de la vergüenza.
Cuántas generaciones más de repetidos,
Cuánto vagar por el desierto sin comida
Cuánto más griterío...
Me postraré en tu vientre
y esperaré en silencio la respuesta.
Silvia.
Para asirte por un momento escribo.
Para la certeza de tu pensamiento.
Descreo de los celos, de la ira…
Algo, finalmente, se desata en el vientre.
Para la certeza de tu pensamiento.
Descreo de los celos, de la ira…
Algo, finalmente, se desata en el vientre.
Al filo
Se te ha vuelto costumbre marcharte sin más…
Me tomas una noche y me estrujas fuertemente,
Me tocas las manos, los ojos, el sexo.
Despierto y quiero atrapar tu aroma, sentirte nuevamente,
Y te has largado
Ya es justo que te quedes,
Me esfuerzo y mis manos se resienten
Me tomas una noche y me estrujas fuertemente,
Me tocas las manos, los ojos, el sexo.
Despierto y quiero atrapar tu aroma, sentirte nuevamente,
Y te has largado
Ya es justo que te quedes,
Me esfuerzo y mis manos se resienten
Al inicio
Hay un vaho en esta mañana,
El aire es frio y tiene algo de
Ponzoña en sus avatares,
Se cuela por los ojos hasta aferrarse al vientre
Esta mañana es el principio del tiempo,
Toda su aura se refracta y veo las primeras
Setas apareciendo con el alba,
Esta mañana es la promesa que da el día,
Todo gira y el mundo es nuevo,
Esta mañana ha de nacer un hombre.
El aire es frio y tiene algo de
Ponzoña en sus avatares,
Se cuela por los ojos hasta aferrarse al vientre
Esta mañana es el principio del tiempo,
Toda su aura se refracta y veo las primeras
Setas apareciendo con el alba,
Esta mañana es la promesa que da el día,
Todo gira y el mundo es nuevo,
Esta mañana ha de nacer un hombre.
viernes, 22 de agosto de 2008
retazos
Agosto 20
Maldita soledad que has catapultado mis berridos a este rincón.
No te satisface acaso alejarme?
Por qué no te largas a otro lugar?
Por qué no te mueres o me mueres y ya...
Por qué me buscas en medio de tanta gente?
Por qué te me instalas en los huesos y corroes?
Ya se… quieres convertirte en mi amante
Quieres el esqueleto y la arrumbe en que me convierto…
Arcilla
De la tierra has venido
No del agua ni del aire
Y tampoco del fuego
No del crepúsculo que habito
Ni de las endemoniadas tempestades
Más bien de la vid o del arado
Eres buena, te lo digo tanto
Te lo digo de todas formas
Tanto te lo digo
Que me enredo y aún persigo…
Y tú no dices nada
Solo te quedas callada
Te acongojas…
Asoma una sonrisa entonces
Y todo lo descubro
No dices nada, nada,
Solo das fruto
Ausencia provocada
Te he dejado ir
Y tu ausencia me acongoja
Es que en estos días de soledad
No quiero ni mi compañía
Quiero mejor una piedra muy dura.
Pero como me duelo que te hayas ido,
Que tus dedos no se metan en mis manos
O se deslicen suavemente por mi cara
Esta ausencia provocada de tu cuerpo
No sólo lacera el resto de mis costillas,
Me ha provocado una sed existencial
Que no podré saciar hasta ser estrechado en tus alas.
Me consuelo repitiendo tu nombre
En canciones apócrifas de duendes y doncellas...
Me consuelo con el suave olor que tu cuerpo ha dejado
Será larga esta ausencia,
Será lenta, lenta, lentísima,
En tu nombre
Pasos perdidos
¿No es la vida acaso un recodo
Del recuerdo en que se enjuta el bien y el mal?
Hay tantas formas de ver la vida como seres en la vida misma;
Mas hoy y a esta hora
Es tu recuerdo lo que habita.
Una forma precisa llega a mí desde el tiempo recordado:
Dos ojos negros, tímidos y avergonzados
Rozan mis labios apenas descubiertos.
Fue un día cualquiera en estos años,
La ilusión trastoca este día
Y siento nuevamente tus manos y mis manos
Fue un instante cualquiera,
Tu camino se decidió
Y obedecí al destino tu abandono.
No es hoy más que ese día,
Y tus ojos anclados se quedaron...
Y mis labios a la espera maduraron...
¿No es la vida acaso un recodo del recuerdo
En que tu alma y la mía se juntaron?.
Y los otros.
En estos días de septiembre,
Cuando las horas se deslizan
Y me siento tan viejo
Viejo como todos los años,
Vienes para contarme otro cuento.
Me cuentas el cuento de la radio
Y recuerdo la emoción
Y el abrazo de tu mano áspera y cálida,
Es tu olor a sudor maduro,
A tierra removida
Lo que me renueva.
Tus ropas hechas jirones por el arduo trabajo,
Y tú sombrero viejo y el aroma del tabaco fresco
Me retornan.
Cuéntame de nuevo lo del diablo,
La pata sola, esa bruja a la trocha del camino...
¡Este pueblo con ansías de ciudad
Ya no lo habitan los fantasmas, ni las brujas
Este pueblo frío e insensato se pierde en lo inmediato
No recuerda ya, está prohibido recordar!
Yo tengo hambre de recuerdo,
Yo pienso a cada rato que
La peste del olvido nos ha tomado...
Me apresuro a escribirte para saber tu nombre,
Para enfrentar la memoria,
Para irme al olvido.
Maldita soledad que has catapultado mis berridos a este rincón.
No te satisface acaso alejarme?
Por qué no te largas a otro lugar?
Por qué no te mueres o me mueres y ya...
Por qué me buscas en medio de tanta gente?
Por qué te me instalas en los huesos y corroes?
Ya se… quieres convertirte en mi amante
Quieres el esqueleto y la arrumbe en que me convierto…
Arcilla
De la tierra has venido
No del agua ni del aire
Y tampoco del fuego
No del crepúsculo que habito
Ni de las endemoniadas tempestades
Más bien de la vid o del arado
Eres buena, te lo digo tanto
Te lo digo de todas formas
Tanto te lo digo
Que me enredo y aún persigo…
Y tú no dices nada
Solo te quedas callada
Te acongojas…
Asoma una sonrisa entonces
Y todo lo descubro
No dices nada, nada,
Solo das fruto
Ausencia provocada
Te he dejado ir
Y tu ausencia me acongoja
Es que en estos días de soledad
No quiero ni mi compañía
Quiero mejor una piedra muy dura.
Pero como me duelo que te hayas ido,
Que tus dedos no se metan en mis manos
O se deslicen suavemente por mi cara
Esta ausencia provocada de tu cuerpo
No sólo lacera el resto de mis costillas,
Me ha provocado una sed existencial
Que no podré saciar hasta ser estrechado en tus alas.
Me consuelo repitiendo tu nombre
En canciones apócrifas de duendes y doncellas...
Me consuelo con el suave olor que tu cuerpo ha dejado
Será larga esta ausencia,
Será lenta, lenta, lentísima,
En tu nombre
Pasos perdidos
¿No es la vida acaso un recodo
Del recuerdo en que se enjuta el bien y el mal?
Hay tantas formas de ver la vida como seres en la vida misma;
Mas hoy y a esta hora
Es tu recuerdo lo que habita.
Una forma precisa llega a mí desde el tiempo recordado:
Dos ojos negros, tímidos y avergonzados
Rozan mis labios apenas descubiertos.
Fue un día cualquiera en estos años,
La ilusión trastoca este día
Y siento nuevamente tus manos y mis manos
Fue un instante cualquiera,
Tu camino se decidió
Y obedecí al destino tu abandono.
No es hoy más que ese día,
Y tus ojos anclados se quedaron...
Y mis labios a la espera maduraron...
¿No es la vida acaso un recodo del recuerdo
En que tu alma y la mía se juntaron?.
Y los otros.
En estos días de septiembre,
Cuando las horas se deslizan
Y me siento tan viejo
Viejo como todos los años,
Vienes para contarme otro cuento.
Me cuentas el cuento de la radio
Y recuerdo la emoción
Y el abrazo de tu mano áspera y cálida,
Es tu olor a sudor maduro,
A tierra removida
Lo que me renueva.
Tus ropas hechas jirones por el arduo trabajo,
Y tú sombrero viejo y el aroma del tabaco fresco
Me retornan.
Cuéntame de nuevo lo del diablo,
La pata sola, esa bruja a la trocha del camino...
¡Este pueblo con ansías de ciudad
Ya no lo habitan los fantasmas, ni las brujas
Este pueblo frío e insensato se pierde en lo inmediato
No recuerda ya, está prohibido recordar!
Yo tengo hambre de recuerdo,
Yo pienso a cada rato que
La peste del olvido nos ha tomado...
Me apresuro a escribirte para saber tu nombre,
Para enfrentar la memoria,
Para irme al olvido.
miércoles, 30 de julio de 2008
De los origenes
No recuerdo bien su edad cuando lo vi por primera vez,
recuerdo sólo su voz y sus manos asperas,
el olor a tabaco y a caña dulce.
fue mi padre, fui su hijo y todos los atardeceres
el sol me lo recuerda.
recuerdo sólo su voz y sus manos asperas,
el olor a tabaco y a caña dulce.
fue mi padre, fui su hijo y todos los atardeceres
el sol me lo recuerda.
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